junio 04, 2012

Un paseo en bici por las noches


Para nadie es un secreto que soy pésimo para hacer ejercicio. He desperdiciado al menos cuatro intentos por llevar una rutina constante en un gimnasio. Cuando juego fútbol lo hago muy bien como estorbo centrodelantero y así sucesivamente con cada actividad deportiva en la que me embarco.

Por eso no me pronunciaré frente al hecho de practicar algún deporte en especial, pero sí, frente a una actividad que demanda un poco de esfuerzo y exige un mínimo de estado físico en aceptables condiciones.

Todo empezó luego de haber expresado, a través de Twitter, mis deseos de salir a dar una caminadita. El día provocaba hacerlo y una querida amiga me invitó a montar en bicicleta con un combo de gente que tiene dicha costumbre.

Ella me vendió la idea, me dio argumentos, me echó flores, intentó convencerme. Y yo tímidamente acepté.

Recuerdo haberme preguntado en qué carajos me había metido. Se trataba de hacer un recorrido en bicicleta por una buena parte de la ciudad, usando una ruta que previamente se había trazado, que tenía un punto de partida y un punto de llegada; claro, además tenía que cubrir el trayecto desde y hasta mi casa. Todo, después de más de dos años teniendo la bici ahí, empolvándose.

La primera sorpresa: otra buena amiga ya hacía parte de este movimiento y me recibió entre sorprendida y emocionada. Sí, es un movimiento. Un movimiento ciudadano, un movimiento sin ánimo de lucro. Un movimiento que simplemente busca lograr que otros se den cuenta que la bicicleta es un medio de transporte viable y que los peatones y conductores deben entender y respetar.

También parece un típico movimiento revolucionario con consignas hippies y cánticos tipo “♪ Ya van a ver, ya van a ver, cuando las bicis se tomen el poder ♪” o “No contamina, ni usa gasolina (bis)” y “Más amor, menos motor (bis)” y así. Esa parte no me gusta, pero siendo justo, he de confesar que me emociona ver tanta gente coreando esos versos. Y cuando digo “tanta gente” me refiero a una cantidad considerable de personas: entre 400 y 500 aproximadamente.

Y es que ver más de cuatro centenas de personas, recorriendo la ciudad cada miércoles en la noche, de verdad emociona y motiva. No solo por el espectáculo visual que es esto, sino también por la reacción de la mayoría de transeúntes desprevenidos que se encuentran con esta “partida de locos” y que celebran el paso de la caravana y hasta alientan y felicitan a todos los “bicicletos”, como si se tratara de una etapa de la vuelta a Colombia la que estuvieran viendo. Esa buena energía de la gente también me sorprendió.

Confieso además que me gusta ver cómo los vehículos se deben detener ante un bloqueo, en el que voluntarios se atraviesan en sus bicis para que los demás puedan pasar tranquilamente. A los de los carros no les queda de otra que esperar y ver pasar bicicletas. Son pocos los que se molestan y son más los que dan una muestra de tolerancia y aplauden la actividad. De verdad emociona ver cómo algunas vías de la ciudad “colapsan” por un par de minutos y por una buena causa.

Y eso que ese bonito caos resulta más estimulante el último miércoles de cada mes, cuando se hace "la fiesta de la bici" y la cantidad de personas, al parecer por la unión de varios colectivos con una misma causa, podría decir que se cuadruplica (Tal vez mucho más) y la masa se hace aún más grande, más llamativa, más impactante.

Lo mejor de todo esto, es que acá no se busca competir, no se trata de una carrera de velocidad; tampoco interesa el tipo de bicicleta que usted tenga y mucho menos importa la pinta con la que salga a rodar. Una actividad perfecta para mí, que me demanda un poco de ejercicio, que me sirve para salir del sedentarismo y que hasta me motivó a dejar de fumar. Por enésima vez, pero es un aliciente bien importante.

Si se quiere unir a este parche, cada miércoles, a las 7pm en el barrio Carlos E. Restrepo, puede llegar con su bici y la buena energía para pedalear por Medellín.

Es tanto el gusto que le he cogido a esta actividad, que estoy empezando a considerar la idea de ir al trabajo en bicicleta, por lo menos cuando tenga pico y placa. Por algo se empieza.

Así que si algún miércoles no sabe qué hacer en la noche, este es un buen plan, o si va por ahí por la calle y ve este combo de gente, relájese y disfrute.

Acá una pequeña muestra de este parche.


8 comentarios:

  1. Buena vibra. Estos son espacios que visualizan la ciudad de una forma agradable y alegre.

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    1. Sí Jorge, y la actividad que ustedes impulsan aporta a esa imagen positiva de la ciudad.

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  2. Pablo, que buena descripción de este excelente movimiento! Para mi realmente es uno de los mejores parches que se pueden encontrar en esta maravillosa ciudad!

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  3. Me encantó tu escrito, además de que entregas una experiencia que muchos podemos adoptar como propia... Excelente!!!

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    1. Gracias Marce. La invitación está abierta. Yo termino diciendo que estoy considerando la posibilidad de ir a la oficina en bici, pues efectivamente ya lo estoy haciendo y se siente muy bien. Dale, animate.

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