abril 19, 2011

Adicción que aburre

Antes de abrir este blog, cuando me daba por escribir normalmente lo publicaba en Facebook (creo que esto ya lo había dicho en el primer post). Hoy quise releer algunas de esas notas y me encontré con este post que aplica perfectamente para estos días en los que paso más tiempo de lo normal frente a una pantalla. Y como el texto es mío, no hay ningún interés de lucro de por medio y la famosa ley de derechos de autor todavía no aplica (sería absurdo demandarme a mí mismo), me "tomé la molestia" de transcribirlo con un par de modificaciones mínimas.

Adicción que aburre

A veces me provoca ser un cadáver virtual, cenizas digitales convertidas simplemente en unos y ceros divagando por el ciberespacio. Desaparecer de la red, no existir en el mundo de las TIC.

No sé por qué a veces me aburro si la web es todo un mar de entretenimiento.

Contactos ocupados, ausentes y hasta “invisibles”; "amigos" que publican fotos y videos; frases de cientocuarenta caracteres; comunicaciones por voz bajo protocolos de dos letras (una vocal y la otra consonante); transmisiones en línea de programas radiales y de televisión; descargas de archivos, algunas legales otras no tanto; aulas y oficinas virtuales, teletrabajo; bitácoras de historias interesantes o realmente triviales; lectura de noticias y libros frente a la pantalla; ir al banco sin salir de casa; correos electrónicos con chistes, morbo (incluye porno), reflexiones, historias que a estas alturas ya son pocos los que se las creen, entre esas mi mamá de quien me siento muy orgulloso porque aprovecha estos medios, a su modo, pero lo hace.

En fin, podría quedarme enumerando "N" cantidad de cosas más por hacer desde este aparato, u otro similar. El caso es que ya no me emociona como antes (por lo menos no siempre). No niego sus bondades e incluso les debo mucho, pero a veces siento nostalgia y me dan ganas de volver a los juegos de infancia o estando un poco más “grandecito” volver a la época en la que tenía que llamar y decir: “Buenas, por favor fulanita” y el sólo hecho de esperar a que esa persona pasara al teléfono, al tradicional, generaba expectativa. Ahora le marco directamente al celular y ya no le preguntó ¿Cómo estás? Sino ¿Dónde estás?

Y lo que me incomoda es que a veces me siento como un toxicómano, pues a pesar de tener estos síntomas de carácter alérgico, es muy difícil no consumir esta droga virtual y aspirar un poco de tecnología, pues siempre se me hace necesario tener mi dosis personal de internet diaria. No lo voy a llamar bazuco electrónico ni nada de eso, pero es imperante aceptar que llega un punto en el que se convierte en una adicción. Y es honroso reconocer que también aburre.

¿Alguna vacuna? ¿Algún paliativo? O por lo menos ¿Algún placebo?

Como dato curioso, resulta particularmente llamativo que me exprese sobre este tema precisamente a través de este medio. Mejor lo escribo mano, no importa que mi letra sea horrible.

5 comentarios:

  1. Que buen post, bastante cierto a decir verdad
    un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Gracias Clao. Un abrazo para vos también.

    ResponderEliminar
  3. Muy de acuerdo con tu post. Lo triste es que, en mi caso, cada dia aumenta el número de minutos que paso frente a una pantalla (pc, laptop, smartphone y demás). A veces ni cuenta me doy si llueve o hace sol. Cómo seremos en unos 20-30 años?

    ResponderEliminar
  4. Hola Luza, muy cierto lo que dices: cada vez vamos dirigiendo más la mirada hacia las pantallas y empezamos a ver cuadrado. Es necesario alternar la tecnología con la realidad.

    ResponderEliminar